
El azúcar, alimento de alta demanda, despidió diciembre con una deuda de dos libras por cada consumidor artemiseño, en gran medida, por la imposibilidad del territorio de cubrir la cuota con la producción de sus propios colosos.
Alfredo Ramos Quesada, director provincial de Comercio, Gastronomía y Servicios, asegura que ya comienza la distribución por las bodegas, con lo cual se paga el déficit del mes anterior.
Ha sido un problema sincronizar los turbogeneradores del Central Treinta de Noviembre, de San Cristóbal, a criterio de Frank Paredes Bencomo, comunicador de esta Empresa Agroindustrial Azucarera. En tal sentido, agrega, la molienda que debía arrancar el 15 de diciembre, a la hora de redactar esta nota (seis de enero), aun no se concretaba.
Tanto el Harlem como el Treinta de Noviembre, en la contienda anterior presentaron inestabilidad productiva y en el rendimiento industrial, en una zafra que inició con atrasos en ambos centrales. En ello también incidió el mal funcionamiento de uno de los turbogeneradores (más de 40 años de explotación) que, como ahora, provocó interrupciones en la molienda.
La ayuda de otras provincias para cubrir el déficit de azúcar de la canasta básica de diciembre permitió iniciar paulatinamente la distribución por los municipios artemiseños. En días posteriores, se informará la solución para la cuota del mes de enero.
El director provincial de Comercio Gastronomía y Servicios, confirma que también se distribuye el café del último mes de 2022.
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