La Revolución Energética desarrollada en el país generó el ordenamiento de un Programa de Ahorro de Energía, con la sustitución de equipos altos consumidores, y la incorporación masiva de equipos electrodomésticos, elevándose la calidad de vida de la población, lo que exigió crear una estructura y organización de los servicios que garantizaran el mantenimiento preventivo y las reparaciones demandadas con rapidez, calidad y eficiencia.
Para alcanzar este objetivo se proyectó ubicar en la cabecera de cada municipio del país un taller central de refrigeración, electrónica y enseres menores. Estos talleres atenderían los puntos integrales de servicio a nivel de Consejo Popular justificables, con el propósito de acercar el servicio a la población.