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La mayoría de los cubanos sentimos especial devoción por el café. Generalmente, no solemos rechazar una taza de esa bebida, sinónimo de cortesía con las visitas, que en los desayunos induce energía para enfrentar las jornadas y en otros horarios nos “despierta”, cuando la somnolencia quiere hacer mella en nuestra productividad.
En los últimos años se viene produciendo un incremento notable y sostenido de los precios en el mercado internacional de insumos y materias primas para la producción agroalimentaria, que incluye el café, producto que en sus procesos productivo, industrial y de torrefacción, tiene altos costos y para el cual se ha diseñado un Programa de Desarrollo que permita mayor eficacia en su producción y torrefacción.
En el contexto de la crisis económica internacional, de la cual nuestro país no está exento, se mantiene como prioridad asegurar la distribución de los productos de la canasta familiar normada y otros de venta controlada.
Según dio a conocer Daniel Cobas Cheda, director general de la entidad, dedicada a la torrefacción y distribución de ese producto de la canasta básica, esa situación está motivada por el retraso en la importación del envase habitual.
La no llegada a tiempo de materias primas importadas, incluso ya pagadas a sus proveedores, e interrupciones en los flujos de producción han incidido en los aprovisionamientos tardíos o fuera del propio mes de algunos renglones de la canasta familiar normada, y de otros cuya venta en las bodegas es controlada, como los de aseo y el cigarro.