Daniel salió con cinco pesos en el bolsillo del pantalón. Llegó a la parada de la Virgen del Camino y tuvo que correr para coger un P1. “Me puse de suerte”, pensó. La guagua no iba tan llena y el viaje era directo. Llegando a Cuatro Caminos, cuando logró sentarse y se dispuso a buscar el móvil en la mochila, se dio cuenta de que se le había quedado la billetera. Desesperado, se bajó de la guagua que iba para su destino, dispuesto a coger cualquier carro que lo regresara a San Miguel.